lunes, 27 de febrero de 2012

TRANVÍAS Y TRANVIARIOS

22 de Mayo de 1932

El 20 de enero de 1925, en el Boletín Oficial de la Provincia, se inserta el anuncio sobre el proyecto del ferrocarril secundario entre el pueblo de Gelves y La Puebla del Río pasando por Coria.

Este pueblo estaba a punto de entrar en la era de la modernidad y recibir el transporte del futuro, energía no contaminante y sin obstáculo para llegar al destino. Desgraciadamente duró poco y las consecuencias las pagamos, desde entonces, con el uso del transporte público por carretera.

Los vecinos afectados por el trazo de línea, según el Boletín Oficial de la Provincia, son los siguientes: Francisco Ruiz Alfaro, Diego Japón Díaz, Ana Aznao Sánchez, José Maceda Dorado, Manuel Salas de la Cruz, Manuel González Rodríguez, Carlos de Mesa Sánchez, José Fernández Unzaga, José Altea Molina, Vicente Ortega Rioja, Luis Palma Alfaro, Francisco Martínez Mata, Antonio Villegas Sosa y Manuel Delgado Sosa. 

Por fin, el día 22 de mayo de 1932 se inaugura la estación de Coria del Río. La nota de prensa de la época dice así: inauguración de la línea de tranvías a La Puebla del Río.En San Juan de Aznalfarache, Gelves, Coria y Puebla del Río causó sensación la llegada del primer tanvía que enlazaba dichas localidades de Sevilla. Numeroso público acudió a las estaciones, y en Coria lo recibió hasta la Banda de Música del pueblo. El vehículo inaugural - salió de las cocheras de Triana a las cuatro y media de la tarde del domingo, e hizo el recorrido de ida - poco más de once kilómetros en media hora. Hasta San Juan funcionaba con el "trolley" de ciudad, y de San Juan a Puebla con la suspensión de la catenaria alabeada, o "trolley" trasversal de arco, (a esto se refiere al pantógrafo aunque testimonio actual del que fuera conductor de tranvías Antonio Rodríguez dice que el cambio de "trolley" por el pantógrafo o viceversa se hacía en Tablada concretamente en el punto llamado el fielato).

Fernando Rodríguez Gomez
conductor de tranvías
Hacía su recorrido desde las cocheras de calle San Jacinto a la plaza de la Magdalena, pasando por Tablada y parando en el fielato, San Juan de Aznalfarache, Valparaíso (donde estaba la fábrica de Cross), Eritaña llegando a Gelves a la Estación. Tras salir de este pueblo paraba en el lugar llamado el Gato, donde estaba el cambio de aguja para esperar al tranvía que venía a la inversa. La próxima parada era el apeadero de Palomares del Río, hasta llegar a la venta de Villegas, entrando en Coria del Río, y una vez en la estación, desenganchaba la jardinera y seguía camino a La Puebla del Río cuyo billete costaba 15 céntimos.

También enganchaban una vagoneta en la jardinera, eso era sobre las seis  de la mañana, esta iba cargada de higos chumbos, albures, camarones etc; a la vuelta traía  mercancía y productos perecederos que los comerciantes corianos compraban en Sevilla y eran transportados en el tranvía hasta Coria. Antonio Rodríguez nos cuenta, una anécdota riéndose de cuando él conducía el tranvía y descarrilaban, al no existir medio de comunicación y coincidiendo en trayectos de campo, tenían que esperar que pasara alguien con una bestia para que avisaran al tranvía que venía en sentido contrario y parara hasta solucionar el descarrilamiento.

El trayecto de Sevilla a La Puebla del Río duraba 60 minutos es decir una hora, funcionaba con electricidad de 500 voltio, los últimos tranvías fabricados en Sevilla que eran de color gris, median 10 metros de largo, 3,20 metros de alto, 2 metros de ancho por el centro y 1,60 metros por los extremos, llevaban 14 plazas sentadas y 55 de pie.

Fernando Rodríguez Martínez
Publicado en la revista de la Romería de San Lucas de Coria del Río en 2009

lunes, 9 de enero de 2012

LA VENTA DEL MELLIZO

Venta del Mellizo a principio de los años 20 del siglo pasado
 Situada en la margen derecha del Guadalquivir en un punto estratégico para todo acceso al río. A su alrededor, los astilleros, la carpintería de ribera y los muelles. Por allí pasaron las noticias de la guerra de África de los años 19 al 26, la guerra Civil española desde el 36 al 39 y su estructura recibió las ráfagas del Mogador (1). Vio cómo muy cerca nacieron la venta de Tijera (2) y la venta del Tuerto (3) y en el otro lado del río la venta de Curiel y Tobalina y como desaparecieron más tarde. Por los años cincuenta fue testigo del paso hacia la Dehesa de Coria, de la Virgen de Fátima (4), para homenajearla en la Cruz de Mayo. que esa población coriana celebraba anualmente.
Venta del Mellizo en los años 80 del siglo pasado
También vivió, desde el primer año, el conocido paseo de la Virgen del Carmen  por el río y sus tres imágenes con la actual (5). Fueron numerosas las visitas que hacía a la Venta el afamado "cantao" flamenco Vallejo, muy amigo del propietario Tomás Sosa, donde se animaba ante la clientela deleitándola con sus cantes. También contaba el desaparecido Paco Palacios "El Pali" sus visitas a la venta, con su padre que era estibador de barcos.
Al fondo venta de Tijeras
Desde su terraza podía verse diariamente el tráfico fluvial de idas y venidas de barcos, que hacían su travesía de Sevilla a Sanlúcar de Barrameda o viceversa, caso del vapor Pastor y Landero que transportaba pasajeros, los barcos de la Isla que descargaban arroz, la sal que venía de Bonanza, los ladrillos y el regaliz de la vega de Coria, etc.
La primitiva Venta de troncos de madera y techumbre vejetal, fue construida por Tomás Sosa Salas, a finales de 1800, sufriendo una modificación en 1.911 quedando como está actualmente. El negocio lo continuaría su hijo, Tomás  Sosa Márquez, que por ser mellizo con otro hermano le dio el apodo a la Venta.
Por su ubicación, era lugar de encuentro hasta metido en los años 60, de pescadores, trabajadores de los astilleros, carpinteros de ribera, calafates, areneros, patrones y marineros, también de agricultores y ladrilleros que hacían su labor diaria en las tierras del otro lado del río. Hoy en día, sigue cumpliendo su función, la frecuentan agricultores y trabajadores de la metrópolis sevillana que utilizan el paso de la barca huyendo del tráfico denso en horas puntas, también pescadores que siguen limpiando y vendiendo sus frutos en ese lugar y paseantes, ya que la orilla del río se ha convertido en paseo fluvial.
Igualmente fue testigo de las grandes riadas que hostigaban Coria, sufrió la primera en 1.912, entrando cerca de dos metros de agua por la Venta, la última fue en 1.996.
La Asociación Coriana  para la Defensa del Patrimonio Histórico (ACODEPAHIS), ha propuesto a la Delegación Provincial de Cultura que este inmueble se incluya en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, por sus valores arquitectónicos, históricos y etnológicos; por lo cual recibió la visita de los técnicos de la citada Delegación de Cultura el día  16 de este año de 2008, y se han iniciados los trabajos necesarios para evaluar la propuesta y proceder a promover ante la Dirección General de Bienes Culturales, la incoación del expediente, para su inscripción en algunas de las categorías de protección del Patrimonio Andaluz.

(1) Buque utilizado por los franquistas para el asalto a Coria, mandado por el Conde de Villacreces.
(2) Situada en el solar del Cine Albéniz hoy discoteca.
(3) Situada en el solar donde esta hoy el Bar Los Claveles.
(4) Imagen de pasta-madera que se encontraba en la Iglesia de Santa María de la Estrella hoy desaparecida.
(5) Pasearon por el río tres Imágenes de la Virgen del Carmen, la primera está en la Ermita de San Juan Bautista, la segunda, de finales de los años cincuenta, hoy desaparecida y la tercera, la actual titular de la Antigua Cofradía de Marineros y Hermandad del Gran Poder, construida en el taller del escultor imaginero Francisco Buiza en los años 70.


Fernando Rodríguez Martínez
Publicado en la revista de la Romería de San Lucas de Coria del Río en el año 2008


domingo, 1 de enero de 2012

LADRILLEROS DE MI BARRIO

fig. 1.- fabricación artesanal del ladrillo
fig. 2.-fogoneros tirando haces de leña a la caldera
 Con este artículo quiero rendir homenaje a las personas de mi barrio que en la segunda mitad del siglo XX, entre los años 60 y 70, se dedicaron a la fabricación de ladrillos artesanos con el mismo sistema que lo hicieran nuestros antepasados siglos atrás, barranqueros cortadores, leñadores, arrieros, cargadores y cocedores, entre ellos mi bisabuelo Manuel Gutiérrez Melgarejo, propietario del "Horno del Aceitunero", mi abuelo Andrés Martínez, barranquero y mis tíos y primos cortadores, cargadores y cocedores de ladrillos.
Allá por los años 60 del siglo pasado, en un barrio coriano  enclavado en el Prado de la Soledad, en terrenos dejados del río Guadalquivir  y del arrollo del Repudio, rico en tierras arcillosas, convivíamos los vecinos con los hornos y los ladrilleros, mayoritariamente pertenecientes a este barrio.
Fig. 3.- horno del Aceitunero
Por enumerar existían ocho hornos, el del "Aceitunero" en la calle Huerto y parte de la calle Betis, el del "Matao" y el "Pi" en la calle Hornos nunca mejor denominada, el de la "Mora" entre calle Tinajerias y carretera de La Puebla y ya entre la carretera y el río, el de Antúnez, Pajilla, el Guapo y el Canalero, en los terrenos llamados el Canjilón y un poco más allá, tocando los montes de La Puebla, estaba la ladrillera de la "Tirabeca" (Fig. 4) con un sistema de cochura distinto. Recuerdo las tardes que el humo de los hornos invadían nuestras calles con un olor a pino y eucalipto que era mayoritariamente la leña con la que se cocían los ladrillos, aunque también se utilizaban ramas de jara y orujo de las aceitunas, estas ramas se transportaban desde los pinares y eucaplitales en carros muy parecidos a las carretas que se utilizan para la romería del Rocío, de hecho, la hermandad rociera conserva algunos adaptado al enganche de bueyes. La leña que venía en haces se depositaba en la parte del foso del horno delante de la puerta de la caldera y recibía el nombre de gachífa, desde arriba la persona llamada garabato echaba los haces de leña y los cocedores los lanzaban al fuego durante el tiempo que duraba la cochura de veinte a veinticuatro horas, tengo que apuntar que debido a la leña los vecinos del barrio recibíamos visitas no deseadas como culebras o alacranes.
Fig. 4.- Ladrillera
La tierra para el barro lo suministraban los barranqueros no a más de cien o doscientos metros del horno y lo transportaban en serones cargados por burros, una vez en el lugar de destino se hacían pilas mezclando la arcilla con cascarilla de arroz y agua, amasada con azadón y con los pies descalzos hasta darle la plasticidad deseada, ya preparado el barro era la labor de los cortadores que agachados en cuclillas ponían la gavera sobre arena extendida en el suelo y echaban la masa sobre el molde alisándola con agua del albañal que siempre lo lleva a su lado (Fg. 1).
Se fabricaban tres tipos de ladrillos el taco con una medida de 0,22x0,11 centímetros y un grosor de 0,4 centímetros, el contrata 0,22x0,11 centímetros y un grosor de 0,3 centímetros y el coriano más fino que los demás con un grosor de 0,2 centímetros y de la misma medida, éste se utilizaba normalmente para suelos. Una vez el ladrillo duro se canteaba de dos en dos es decir se levantaban para facilitar su secado, después se apilaban y ya era labor de los cargadores de introducirlos en el horno que podían cocer algunos hasta cien millares, la puerta del horno se sellaba con ladrillos crudos, se llamaba estaquillado y se cubría con barro y paja para evitar que el calor agrietara éste. Ya el horno cargado y cerrado intervenían los cocedores manteniendo el fuego en la caldera el tiempo de cochura, cada veinte minutos metían una calda (Fig 2) una vez transcurrido este tiempo se apagaba el fuego hasta que se obtenía el cisco carbón y se y se dejaba enfriar una cuarenta y ocho horas es decir dos días, en la cual se rompía la puerta poco a poco para que saliera la flama y se descargaba el horno para poner el ladrilla a la venta (Fig 3).
Con este mismo sistema se fabricaban en Coria tinajas y canales, es decir (tejas árabes), todavía hay en funcionamiento algunos hornos de ladrillos en nuestra localidad, en la margen izquierda del río con la misma forma de trabajo pero adaptándoles maquinarias modernas en la carga y en el transporte de los materiales.

Albañal: recipiente de agua que utilizan los cortadores.
Arrieros: los que transportaban la leña en carros tirados por mulos.
Barranqueros: persona que se dedicaban a sacar la tierra para hacer el barro formando barrancos.
Calda: echar en la caldera haces de leña cada veinte minutos.
Cargadores: los que cargan el horno de ladrillos crudos.
Cocedores: los que alimentan al horno de leña hasta la terminación de la cochura de ladrillos.
Estaquillado: hacer un muro con ladrillos crudos de canto.
Gavera: molde para hacer los ladrillos.
Garabato: el que lanza los haces de leña a la gachifa.
Leñadores: los que cortan leña para alimentar el horno.
Serones: especie de doble espuerta para cargar en los burros.

Fernando Rodríguez Martínez
articulo publicado en la revista de la Romería de San Lucas en octubre de 2007






     

viernes, 30 de diciembre de 2011

RESTAURACIÓN DEL ALTAR FENICIO DE CORIA DEL RÍO

Presentación del altar fenicio de Caura en el IAPH
Se trata de un altar de sacrificio del siglo VII a. c procedente del Museo Arqueológico de Sevilla
El altar se localizó en el transcurso de las excavaciones arqueológicas realizadas entre 1997 y 1998 en el cerro de San Juan, en el casco urbano de Coria del Río, Sevilla. La investigación ha confirmado la identificación de este lugar con la antigua ciudad portuaria de Caura de época fenicia al tiempo que han permitido identificar el espacio donde se halló el altar como un lugar sagrado.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Nuevo oleo de Manuel de la Rosa, adquirido en el mes de noviembre de 2011, por un ciudadano de Coria del Río, este el único lienzo que se conozca en nuestra localidad de este pintor.